Fondue de Queso
Esta vez nada de comprar el típico paquete listo para echar
al caquelón. Entre otras cosas contiene fécula de trigo y otros ingredientes
con lo que el producto es sólo 80% queso y cuesta mucho más que comprar los
quesos separados.
Ingredientes: (Para 4 personas)
- 200 grs. de queso Gruyere.
- 200 grs. de queso Emmenthal.
- 200 grs. de queso Edam (en reemplazo del Sbrinz).
- 1 copa de Armagnac
(en reemplazo del Kirsch). En su defecto puede usarse Cognac.
- 1 copa de Moscatel
(por ser muy aromático).
- Pimienta blanca.
- Nuez moscada.
- Aceite de oliva
aromatizada con ajos.
- No olvidar el pan.
Yo prefiero pan de molde cortado en cuadraditos.
Equipo:
- Un caquelón de al
menos 1,2 o 1,5 litros de capacidad.
- 4 brochettes
metálicas con mango de madera. Son los típicos tridentes de fondue.
- Un cucharón de
madera. No de ningún otro material sintético, tiene que ser de madera limpia y
que no se haya usado con otra cosa más que lácteos (remover la leche, etc).
- Hornillo del
caquelón. Funciona con alcohol por lo que hay que tenerlo previsto.
- Fósforos. Dicen (y
no sé si sea verdad), que encender el fuego con un encendedor de gas butano
altera el sabor final del fondeu. Mejor usar un tradicional fósforo de madera.
Preparación:
Como dicen los franceses:
pas à pas mes amis, pas à pas…
1. Los quesos:
El Gruyere y el
Emmenthal deben rayarse finamente para que sea fácil y rápido derretirlos sin
pasarse de calor. Como todos saben, el tercer queso debería ser uno duro como
el Sbrinz, pero éste queso requiere más tiempo y más calor para el primer
fuego. Por eso prefiero el humilde Edam.
2. El
caquelón:
Limpiarlo y secarlo a conciencia. Luego untamos el interior
con aceite de oliva aromatizada con ajos. Lo ponemos al fuego de la cocina para
que se caliente.
3. Le Premier Feu ó el Primer Fuego:
Poner el caquelón ya untado con el aceite aromatizado a temperatura
medial alta. Cuando esté caliente añadimos el Gruyere y el Emmenthal junto con
la copa de vino. Revolver con un cucharón de madera en círculo en un mismo
sentido. Nunca invertir el sentido o el queso quedará muy líquido.
Cuando se comiencen a derretir añadimos el Edam que se
derrite inmediatamente. Luego añadimos el Armagnac, pimienta blanca, nuez
moscada (rayada al momento), y si hace falta un chorrito más de vino. Ojo, no
invertir el orden de los quesos o el Edam se volverá duro y seco. Tampoco echar
el Armagnac primero o el alcohol se evaporará muy rápido. Con lo que cuesta es
mejor que dure un poco.
4. El hornillo del caquelón:
Los invitados ya deben estar sentados en la mesa y el pan
cortado. Sacamos el caquelón del fogón de la cocina y lo llevamos sobre el hornillo
de alcohol. Éste tiene un mango doble que sirve para regular la apertura y el
nivel de fuego. Al principio lo ponemos al medio y según el queso se vaya
enfriando abrimos un poco más la apertura del hornillo. Si lo dejamos al máximo
el alcohol se consumirá muy rápido y puede secar el queso en el fondo.
Debemos remover cada cierto tiempo el queso para que lo del
fondo no se seque. Cuando quede poco, bajaremos la intensidad del hornillo al
mínimo.
5. Disfrutarlo:
Lo demás es cosa de juego. Trinchar los trocitos de pan y
sumergirlos en el queso es genial, pero hay que tener cuidado de que el pan se
quede en el brochette y no flotando en el queso. Es un error querer aumentar
más queso en este momento, salvo que previamente haya sido derretido en el
fogón de la cocina.
Si se añaden otros acompañantes a la fondue es mejor que sea
sólo el pan el que entre al caquelón porque trocitos de carne u otras cosas
alterarán el sabor para todos los comensales.
Maridaje:
La fondue va bien de noche, para una cena ligera entre
amigos y sobre todo en invierno. Sin embargo no deja de ser queso por lo que un
tinto no es una buena alternativa. En este caso un Sauvignon blanc a una
temperatura de 11ºC es una elección correcta. Es válido, sin embargo, tomar algunos
riesgos y decantarse por algo un poco más atrevido. Un Pinot Grigio es sin duda
una experiencia diferente (no es un blanco propiamente dicho, proviene de una
cepa mutada del archiconocido Pinot Noir).
Si se elige el Pinot Grigio, un secreto que he aprendido es
a tomarlo a 9ºC o máximo a 10ºC para que su intenso aroma no opaque a las
comidas de sabores ligeros. En este caso, el Edam da un sabor muy fuerte a la
fondue por lo cual no hay tanto peligro, y el Pinot Grigio puede servirse a
unos buenos 11ºC sin preocupaciones.